21 de diciembre de 2015

Por Luis Vilchez - Poesía Periodística (Parte 29) - La poesía de Daniel Álvarez, a diferencia de de otros poemas es “un alma cargada de futuro”.

 La poesía de Daniel Álvarez, a diferencia de de otros poemas es “un alma cargada de futuro”. Lo conocí en un verano que venia de viaje de San Juan, supongo que de algun encuentro de poetas. Acorde a la primera mirada sanadora, ya éramos hermanos de la vida. Yo abrazado al poeta, el poeta abrazado a mi.
   Supongo que su obra debe ser muy valorada por la gente de su pueblo y también ninguneada por las voces de poetastros asalariados por el político de turno. Supongo, solo supongo. Ya que al abrir al azar su libro “Pueblo y Rebelión” y conmoverme con su canto de pueblo en ese hermoso fragmento que ahora les convido del poema “Pueblo caminante” que esta escrito en la página 45 y que dice: por más que los muros se desmoronen; / los sistemas se demuelan con bombas; / los imperios babilónicos caigan, / las lucen de Nerón en las ciudades se apaguen, / las revoluciones de los pueblos estarán latentes… allí ya empezó a estremecerme el alma caminante. Uno que busca y re busca poeta y poetas, y ve tanta sequía… se encuentra con la obra de Daniel y estremecido piensa que su poesía es “un alma cargada de futuro”.


   Álvarez nació el 28 de enero de 1978 en Andalgalá, Catamarca, Argentina; profesor de Lengua y Literatura, hace música instrumental y es periodista, es autor de “Pueblo y Rebelión” "Andalgalá, pucara de las letras" y colaboró en revistas como la mexicana "Horizonte Literario" y la española "Molinos de Letras". Actualmente es integrante de la revista Cultural Latinoamericana 8Guturalmente hablando) El Viento, todo un orgullo para nosotros.


Daniel en su paso por San Luis, con integrantes de la revista Hiperbórea en casa del actor y poeta “Tati Banegas”  (a la derecha). Enero de 2015


Daniel en Potrero de los Funes, otro paso por San Luis, con integrantes de la revista El Viento, con motivo del XVI Encuentro Nacional de Arte y Memoria, setiembre de 2016

Poema dedicado a Daniel Álvarez

Los poetas
tendrán que salvar al mundo
yo lo digo
lo presiento
lo añoro
lo comparto
Sino…
¿Para qué 
hacer levar tanto los panes
si no hay convite?

Luis Vilchez
Juan Koslay, San Luis, Argentina
Lunes 21 de diciembre


Obra de Daniel Álvarez

En los tiempos de la minga

Un viejo asoleándose como viga
mira sus recuerdos como un limonero
que mantiene sus raíces en la tierra.

Una abuela pensativa junta leña de los algarrobos
para cocinar en una salamandra la comida
que la memoria no logra borrar.

Otros campesinos dejan jubilosamente su grano de arena
en el tiempo descalzo que camina con pasos inciertos
en las calles enripiadas donde agoniza la siesta.

El cosechero

En el paisaje silenciosamente enjoyelado
el sol observa en los oros de sus rayos
los frutos caer sordamente en la tierra,
rompiendo las miradas bondadosas,
de quien las recogerá con calma,
y un canto de carnaval
nacido de la alegría del vino y la chicha.

El cosechero con alma de coplero
junta el alimento de la tierra amamantadora,
lava su cansancio con el vino añejo
y el agua de las acequias inmaculadas.

Al terminar su jornada
vuelve con una sonrisa a casa,
un morral de vida en su hombro,
porque es hombre de pueblo
e hijo de la tierra.

El pueblo

El pueblo que lleva la herida
camina con la espina, la espiga,
sin olvidar, ni perdonar;
gritando, cantando, clamando,
para hacer historia,
sin perder las esperanzas,
rompiendo cadenas, hermanándose…
sonriendo… llorando…reconociéndose,
con trabajo, y su propio brillo;
diciéndole sí a la vida,
no al olvido, ni a la muerte…

Ese pueblo, es nuestro pueblo.

La memoria no se borra

Ellos
escribieron en tierra y cielo
soledad, memoria y olvido
con tintas rojas y negras
de venas y ríos;
dejando páginas incompletas
en el libro de la historia,
para no borrar el silencio
de los acallados.

Pasos

Siento mis pasos
junto a los de mi hermanos
fuera del tiempo
en que fueron ejecutados,
dejando en la vereda
un aspecto espectral,
y una raíz madura
envuelta plácidamente
en la cristalina verdad.

Escucho aquellas húmedas pisadas,
Preguntándose ¿hasta cuándo
seguiremos sonando
como castañuelas descoloridas,
persiguiendo a la utopía que se aleja
dejando un vacío para llenar al caminar?.

Oigo sigilosamente aquella marcha
que descubre las respuestas y comprende
el sentido de andar en las agujas del sol.


No hay comentarios:

Publicar un comentario